Desde tiempos remotos el ser humano elaboró teorías para dar sentido a este profundo misterio que es la Vida. Pronto surgieron vías y escuelas espirituales, filosóficas e iniciáticas que propiciaban una metodología para llegar a un “estado” de menor sufrimiento y confusión, a un “estado” de plenitud y Unión con todo y con todos. Pronto se comprendió que la quinta esencia de este camino de reintegración era “una energía” capaz de unir y comprender por encima de toda limitación: el Amor. “Si no tengo Amor no soy nada” dice san Juan en su epístola a los Corintios; “Qué mis últimas palabras sean: confío en tu Amor” exclama sabiamente Tagore.

Cuando una persona toma la decisión de buscar una técnica que le ayude a superar limitaciones puede encontrar herramientas poderosas que le propicien mayor control sobre su entorno, puede llegar incluso a adquirir un alto grado de influencia sobre los demás y convertirse en alguien exitoso, capaz de lograr sus objetivos. Sin embargo, si esta persona no ha hecho todo este trabajo desde una intención de Amor, si no ha descubierto que el camino con más sentido es el camino del corazón, cuando la vida le ponga en un filo donde emerge lo importante en lugar de lo urgente, lo único que posiblemente cuente será cuanto amor ha sido capaz de dar y recibir. Nada más.

La PNL surgió de la inquietud de dos personas (R. Bandler y J. Grinder) que se preguntaban cuestiones tan trilladas como ¿Por qué queriendo comunicarnos no nos comunicamos? ¿Por qué tengo sentimientos contrapuestos ante una misma cuestión? ¿Por qué no puedo ser libre para expandir todo mi potencial? Explorando respuestas descubrieron cosas fundamentales para comprendernos a nosotros mismos y comprender a los demás como que cada persona construía sus pensamientos y recuerdos a base de representaciones visuales, auditivas y de sensación (kinestésicas) basadas en sus creencias y experiencias, por lo que no había una realidad, recuerdo o afirmación que fuera exactamente igual para todos. Esto quiere decir que cuando yo pregunto ¿me amas? posiblemente tenga una representación del amor muy distinta a la de mi amante, y si no aproximamos nuestras respectivas representaciones del amor, puede que no consigamos construir un camino conjunto que se dirija a la misma dirección.

El amor implica movimiento hacia la Unión, ponerse en el lugar del otro y la PNL nos propició unas sencillas y hermosas técnicas para tomar conciencia de cómo yo y el otro hemos conformado un mapa de la realidad desde el cual nos movemos y cuáles son los muros y abismos que impiden el encuentro.

La invitación a salir de nuestro mapa personal, de nuestra “verdad”, para adentrarnos en la de otros y propiciar la integración de visiones es un hermoso camino hacia la paz, la Unión, el amor y la sabiduría.

Cuando investigaron las mejores formas de integrar emociones contrapuestas, heridas pasadas o autolimitaciones recurrieron a dos potentes formas utilizadas por las grandes escuelas de crecimiento de todos los tiempos: la visualización y el símbolo. La palabra Símbolo proviene de la palabra griega sym-bolom y significa “aquello que une” igual que diábolo proviene de dia-bolom y significa “aquello que separa”. Bandler y Grinder no crearon nada nuevo, sino que incorporaron una serie de hermosos protocolos para liberarnos de limitaciones basados en la creación de símbolos internos que nos permiten integrar realidades, evocar posibilidades y activar recursos. La configuración de símbolos que recreen virtudes y potencial tiene una fuerza inmensa y está también presente cuando invocamos a ángeles, santos, dioses, elementales, etc.

Sin embargo no olvidemos que la responsabilidad final del empleo de cualquier herramienta está en intención de quien la emplea y si bien la intención primera de estos instrumentos fue la de propiciar unión también pueden ser encaminados a conseguir poder e incluso manipular. De hecho, desde el conocimiento de los principios de funcionamiento del mapa mental y emocional la publicidad engañosa y otros entornos manipulan las pulsiones más inconscientes con imágenes, gestos y mensajes.

Nosotros nos declinamos claramente por la propuesta de una PNL Transpersonal, que integrara una visión holística del Ser humano en su búsqueda de un camino con corazón a través de la unión consigo mismo y con todo el Uni-verso.

Gregory Bateson (antropólogo, lingüista y cibernético modelado por los creadores de la PNL) insistía en la necesidad vital de adquirir nuevas visiones para reencuadrar “la realidad” desde puntos de partida constructivos y potenciadores. Podía emplear muchos valores, sin embargo, concluyó finalmente que El Amor es el principio ordenante por excelencia, el encuadre de todos los encuadres.

TERESA ARRANZ y GUSTAVO BERTOLOTTO